viernes, 27 de marzo de 2009

Mi palabra es la ley.


Dice una vieja canción aquello de "Con dinero y sin dinero hago todo lo que quiero y mi palabra es la ley"

Efectivamente...su palabra es la ley. Tan débil y cobarde es que no permite que se oiga otra voz.

Si fuera valiente, no tendría miedo de que alguien diera otro punto de vista. Ni le entraría la risa floja antes de agachar la cabeza. ¿Por que bajas la mirada si no tienes nada que ocultar?

¿Por qué no permites que, democráticamente, otros expresen lo que quieran, educadamente, pero con libertad, aunque no coincida contigo?

¿Por qué maquillas la tiranía bajo el titulo de "dígame lo que piensa" si después, al ver que no piensa lo mismo, desaparece el pensamiento de la otra persona?

¿Por qué huyes? ¿por qué no das la cara? ¿Por que te escondes detrás de tu perro, que más que perro es un buitre carroñero que, al no encontrar carroña, para no enojar a su amo trata de inventar cuentos y medias verdades?

Algún día pasará como al tipo de la canción, que no tendrá trono ni reina pero...hay querido amigo, tal vez dejes de ser el rey. En mi pueblo dicen que a todo cerdo le llega su San Martín. 

El baile todavía no ha empezado. Solo han sonado los primeros acordes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario